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viernes, 5 de febrero de 2016

LA REVOLUCIÓN DE 1830 EN FRANCIA


En otra entrada de este Blog, me he ocupado del reinado de Carlos X y del estallido de la revolución en Francia a finales de julio de 1830.


La chispa que iba a encender la llama revolucionaria fueron las cuatro ordenanzas de Saint Cloud que se promulgaron el 25 de julio. En ellas, se abolía la libertad de prensa, se disolvía la Cámara de Diputados, se alteraba el sistema electoral para impedir la entrada de la oposición en la Cámara y se convocaban nuevas elecciones para septiembre. De esta forma, Carlos X y Polignac (su ministro represente de los ultras) querían controlar por completo el poder político.


“Carlos X, rey de Francia. Nos, hemos ordenado y ordenamos lo que sigue:
Artículo 1º La libertad de prensa periódica queda suspendida.
Artículo 4º. Los periódicos y escritos publicados contraviniendo el artículo 2º, serán inmediatamente secuestrados.
Artículo 5º. Ningún escrito por debajo de veinte hojas de impresión podrá aparecer sin la autorización de nuestro ministro Secretario de Estado del Interior en París y de los prefectos en los Departamentos”. 
Ordenanzas de Saint Cloud

El 27 de julio estalló la revolución (el primero de las "Tres Jornadas de Julio"). Los periodistas (sobre todo los del Periódico "Le National") fueron los primeros en reaccionar, se erigieron en portavoces del pueblo; ya el día 26 habían sacado una nota de protesta contra los decretos reales, aunque sin cuestionar la monarquía. La respuesta del Gobierno fue hacer que se asaltaran las máquinas de los periódicos que habían protestado. 

Los diputados liberales se mantuvieron aún dentro de los límites legales de la protesta aun a riesgo de ser desbordados por los jóvenes republicanos. El día 28 redactaron una nota de protesta contra la disolución de la Cámara que había decretado Carlos X, seguían sin cuestionar abiertamente la monarquía.


No tuvieron éxito las negociaciones para que el Rey retirase los decretos de Saint CloudLas negociaciones fracasaron ante la actitud de los ultras y sobre todo de su representante Polignac.

Los revolucionarios ocuparon varios cuarteles encontrando la confraternización de muchos soldados. El día 29, París se llenó de barricadas, el ejército se retiró y los revolucionarios quedaron dueños de la Capital. 



Una de las muchas barricadas de las calles de París
Los diputados liberales, espantados ante la fuerza popular del movimiento, decidieron intervenir crearon una comisión municipal y nombraron a La Fayette comandante de la guardia municipal. Ante el avance del republicanismo en la calle, para no perder el control de la revolución, pronto "sugirieron" la salida del Rey y su sustitución por el duque de Orleans. La actitud del viejo La Fayette que consideró la monarquía constitucional como la única salida fue decisiva para que no se proclamase la república.

"Por el contrario, Luis Felipe reunía en sí todas las ventajas y ninguno de los inconvenientes pues nos aseguraba la  monarquía, y la monarquía nueva fundada en un nuevo derecho; sin vínculos con la dinastía antigua (...) una monarquía liberal, popular, juiciosa; y, por último, una monarquía que tranquilizará a Europa" 
(Thiers: "La monarquía de 1830")

Carlos X, desbordado por los acontecimiento, huyó de Francia ante el temor a seguir la suerte de Luis XVI. Acabó abdicando el 2 de Agosto en favor de su nieto el duque de Burdeos.


Durante el proceso revolucionario se volvió a mostrar la fuerza política del pueblo, volvió una gran actividad a los clubs en los que se codeaban obreros y burgueses. Hay que señalar que las jornadas de Julio desempeñaron un papel importante en la autoconcienciación de la clase obrera.

"No conocíamos a las masas de París, no sabíamos de qué eran capaces" (Remusat). 

Un hecho significativo: los Románticos, antes defensores del Antiguo Régimen, revisaron su actitud y defendieron la causa de la libertad de los pueblos y el derecho a la rebelión política y social. Por ejemplo, desde ahora, Víctor Hugo se dedicará a defender a los más humildes, a las "víctimas de la sociedad": "Los miserables".

El éxito de la revolución quieren aprovecharlo varias fuerzas políticas:
  • Los Republicanos. A pesar de haber llevado el peso de la Revolución en la calle no aprovecharon la oportunidad para proclamar la República tal vez por carecer de líderes para culminar el proceso. Es más, algunos de sus dirigentes (Lafayette, Bestide...etc) pensaron que la República provocaría grandes tensiones interiores y exteriores. Ya he apuntado que la actitud de Lafayette fue decisiva para la llegada de una Monarquía Constitucional. 
  • Los Orleanistas. Eran los seguidores de Luis Felipe de Orleans, presentado por  Lafayette como la solución para Francia. Era hijo de un antiguo revolucionario regicida y, a la vez, pariente colateral de los Borbones. Luis Felipe había servido en el Ejército Republicano (por ejemplo, participó en Valmy). Es decir, una pizca de liberalismo y otra de legitimidad. Desde 1.815, Luis Felipe había llevado una vida tranquila con modales burgueses, expresando claramente su rechazo al boato arcaico de los Borbones. Si iba forjando el mito del rey burgués. Apareció como la única posibilidad de evitar la llegada de una nueva República. Por otra parte, ante la promesa de dotar a la monarquía de instituciones liberales se calmaron los ánimos de la gente de la calle.
Luis Felipe de Orleans
Luis Felipe fue nombrado rey el 7 de Agosto.  Fue proclamado rey "por voluntad de la Nación", o sea Rey de los Franceses y no Rey de Francia. El día 9 juró una nueva carta que era un pacto entre el Rey y el Pueblo y no una Carta Otorgada. La elección del nuevo monarca fue interpretada de diversas formas:
  • Los monárquicos tradicionales, gran parte del clero y las mkonarquías europeas lo contemplaron con estupor ("El Rey de las Barricadas"). Los legitimistas se abstuvieron de participar en las elecciones. Desde muy pronto, participan en intentonas para derribar esta monarquía; fue famosa la del Duque de Berry que desembarcó en las costas de Provenza sin que encontrase el esperado apoyo de los campesinos. El Duque fue apresado y posteriormente liberado.
  • Los republicanos parecieron aceptarlo hasta ver como se desarrollaban los acontecimientos. Aprovecharon el tiempo para reconstruirse y reorganizarse: periódicos ("Le National"), sociedades republicanas (la "Sociedad de los Derechos del Hombre y del Ciudadano" que desde 1.833 aventajaba en amplitud a todas las demás. Estaba dividida en secciones con nombres tan significativos como Robespierre, Marat, Babeuf...)... También van confeccionado un programa: sufragio universal, derechos sociales como los presentados por Robespierre a la Convención, emancipación de la clase obrera, organización del crédito estatal.... Poco a poco se va formando un clima republicano.
  • Muchos revolucionarios se mostraron más proclives a continuar con los principios de la Gran Revolución.

Tras el éxito de la revolución, se mostraron claramente los diferentes objetivos que tenían la burguesía y los obreros:
  • La burguesía era partidaria de la mecanización de la industria, de mantener la Ley Chapelier, de un régimen fiscal indirecto, de la entrada de trabajadores inmigrantes extranjeros....
  • Los obreros temían  la mecanización porque suponía un aumento del paro, no les gustaba la mano de obra inmigrante ya que hacía bajar los salarios, eran más partidarios de un régimen fiscal directo y pedían una serie de derechos, entre ellos el de asociación que no estaba permitida por la Ley Chapelier.

La Revolución de 1830 es el tema de este famoso cuadro de Delacroix: "La Libertad guiando al pueblo". La composición es claramente piramidal. La mujer que representa a la Libertad, figura central del cuadro, aparece con el torso desnudo (signo de las libertades), porta en su mano derecha la bandera tricolor (nacionalismo), cubre su cabeza con el gorro frigio revolucionario y en la izquierda un rifle (signo del carácter violento de la revolución). La imagen domina el cuadro, está situada en el centro, destacada por la luz y su tamaño es mucho mayor (perspectiva jerárquica). Le acompañan miembros de las diferentes clases sociales: un obrero con una espada, un burgués con sombrero de copa portando una escopeta, un adolescente con dos pistolas... indicando que todas las clases sociales han participado en la revolución. A los pies de la Libertad, un moribundo la mira fijamente para señalar que ha merecido la pena luchar. A lo lejos, se adivinan los edificios de la Ciudad, humeantes, donde se han desarrollado los acontecimientos. La comitiva revolucionaria pasa por encima de una barricada (el pintor dijo que había pintado algo nuevo, una barricada) y de varios cadáveres. El cuadro fue presentado al Salón de 1831 y adquirido por Luis Felipe para el Museo Real.
Dos vídeos que interpretan esta obra






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